
Los giros se realizarían en sentido contrario al componente rotacional del huracán o tifón, diseñando los estallidos para parcial o totalmente negar la contribución rotacional en el huracán disminuyendo su rotación. Además, cuando los estallidos se propagan hacia la superficie del océano desestabilizan la estructura del huracán, incrementando la presión de la parte central del ojo del huracán.
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