Washington.- El enorme número de amenazas de muerte contra Barack Obama, el primer presidente negro de EE.UU., así como un incremento en los delitos de odio que se registran en el país, tienen agobiado al Servicio Secreto (SS), encargado de la protección del mandatario. Un informe interno del Congreso de EE.UU.
Continuación de la lectura, servicio secreto de EE UU cansado con amenazas a Obama..
filtrado a The Boston Globe y que hoy recoge la prensa indica que Obama comenzó a recibir protección del SS 18 meses antes de las elecciones, siendo el gobernante que más temprano obtuvo la ayuda del organismo en la historia del país, y también el que más amenazas de muerte ha recibido desde el momento en el que se hizo cargo de la Casa Blanca.
Un reciente estudio del Southern Poverty Law Center indica que los delitos de odio en EE.UU. se han incrementado en un 35 por ciento desde el año 2000, de 602 a 926, y destaca que la elección de Obama como presidente no ha hecho más que incrementar el fenómeno.
Según el informe que recoge The Boston Globe, la situación de agobio que se ha creado entre los agentes del SS es de tal magnitud que las autoridades se plantean revisar las misiones que tiene encomendadas esta Agencia gubernamental que tiene 144 años de antigüedad.
El SS, además de tener que cuidar de la seguridad del Presidente y de los máximos líderes de la nación, investiga delitos financieros, como falsificaciones, que hacen parte de las tareas que le fueron asignadas inicialmente.
En estos momentos, según el informe, podría dejar de hacerse cargo de estas cosas para concentrarse en la seguridad del presidente y los líderes de la nación y en evitar tanto intentos de asesinato como tramas terroristas que pudieran montarse al socaire de grandes reuniones nacionales o internacionales.
El informe del Congressional Research Service indica que al evaluar las actuales tareas del Servicio Secreto se llega a la conclusión de que esta mezcla de trabajos puede resultar "ineficaz" y se plantea la posibilidad de transferir algunas de estas funciones.
Edwin Donovan, agente especial y portavoz del SS, confirmó al diario que "no hay duda de que la misión de protección se ha incrementado".
El Servicio Secreto, que en sus albores, en 1865, estaba bajo la tutela del Departamento del Tesoro y tenía como principal interés la lucha contra las falsificaciones, ha visto con el tiempo incrementar sus tareas con la investigación de otros delitos como los fraudes electrónicos y los financieros.
Hoy depende del Departamento de Seguridad Nacional creado en EE.UU. tras los atentados del 11-S.
El trabajo de protección de los presidentes comenzó en 1894, con Grover Cleveland, que recibía custodia parte del tiempo, pero tras el asesinato del presidente William McKinley en 1901, su papel se expandió en este terreno.
Cuando en 1917 se aprobó una ley que tipificaba como delito las las amenazas contra el presidente, las tareas se multiplicaron.
Hoy en día, la protección del presidente y otras grandes personalidades de la Nación acapara la mayor parte del presupuesto del SS, que asciende a 1.400 millones de dólares anuales.
El Servicio Secreto actualmente da protección a 32 personas, 24 de ellas todo el tiempo y las otras 8 parcialmente y tiene a su cargo la seguridad de reuniones especiales en las que se concentran mandatarios extranjeros y sus familias.
F/EFE
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