Con la presencia de un nutrido grupo de personalidades, estudiantes, empresarios, comunicadores, dirigentes políticos y grupos culturales, fue puesta en circulación en este municipio la obra literaria “Amores que Matan”, la segunda del escritor y periodista dominicano Johan Rosario.
Continuación de la lectura, Amores que matan...
La puesta en circulación de tan importante libro de cuentos cortos se produjo bajo lluvias y en medio de las estridencias que se producen en Tamboril durante las fiestas patronales San Rafael, evento que concentra todos los movimientos del municipio en materia de diversión.
El evento fue exitoso y los tamborileños pudieron disfrutar de la presentación de un manjar de relatos sencillos y cautivantes que eran esperados para ser devorados de “un tirón” y seguir con el deseo de leer la obra otra vez.
El Club Casino Primavera de Tamboril fue el escenario que sirvió para que el público degustara la presentación gourmet de un libro servido por escritor joven y refinado.
El acto tuvo como plato cautivante un documental sobre la vida del escritor Johan Rosario, preparado por el periodista Arturo Taveras, lo que fue complementado por la actuación de los integrantes del Grupo Patria y del Teatro Lírico Dominicano.
La maestría de ceremonias estuvo a cargo del poeta Dagoberto López y de la periodista Disleidy López, quienes hicieron un trabajo impecable, mientras que las palabras de bienvenida fueron pronunciadas por la abogada Jorgelaine Morel.
El catedrático Domingo Caba hizo una semblanza del escritor, sobre el cual dibujó con palabras un cuadro en retrospectiva que contiene la vida del autor de Amores que matan.
Dagoberto López hizo la lectura de una presentación formal del libro preparada por Diógenes Abréu, reputado escritor dominicano quien, además, es uno de los pintores criollos de mayor nombradía en Nueva York.
Con un escrito que tituló “La resurrección de la palabra”, Abréu hizo un enjundioso escrutinio sobre la obra de Johan Rosario.
Lo cierto es que el día de la puesta en circulación de Amores que Matan fue histórico para Tamboril porque las musas de Johan Rosario parieron una obra extraordinaria que fue recibida con aplausos por los asistentes al evento.
En su intervención, el escritor Johan Rosario explicó que su segunda obra esta compuesta por 18 historias cortas, escritas con un lenguaje llano y fácil de leer, de la cual importantes críticos se adelantaron en volcar sobre ella un mar de opiniones positivas.
Al ser leída con esmero por el psicólogo y periodista dominicano Ignacio Peña, quien ha fungido como corrector de estilo de varios periódicos dominicanos, de sus labios brotó la siguiente crítica: “En Amores que Matan, Johan exhibe una técnica más depurada y metafórica que en su obra anterior”. Rosario, cuyo estilo narrativo le hizo acreedor en 2005 de sendos galardones por parte de Univisión en los renglones de “Cuento y Novela” con su primer libro titulado “Restos de Corazón”, es, además, un reconocido comunicador que a través de su programa semanal La hora Latina, por Supercanal Caribe, ha logrado conquistar a un amplio segmento de público criollo, que le sigue por la objetividad de sus comentarios.
Perfil biográfico del autor
Johan Rosario nació en el municipio de Tamboril, provincia Santiago, el 24 de enero de 1982. Ha sido articulista de varios periódicos y activista cultural desde que tiene conciencia de sí mismo. Entre los periódicos dominicanos con los que ha colaborado destacan El Nacional, El Nuevo Diario, La Información y El Siglo.
En la actualidad se desempeña como Director General de la Revista Latina de New York, órgano de circulación mensual en los estados de New York, New Jersey y Connetticut. Por su verticalidad fue escogido por el Colegio Dominicano de Periodistas y el Consejo Municipal de New York como uno de los periodistas mas destacados en esta urbe durante el 2008.
Hay amores que matan y besos que envenenan, dice la canción, pero los de Johan Rosario son Amores que Matan y en relatos que hacen vivir
El amor, trasegando la memoria para urgar en el tiempo, nutriéndose de pacientes nostalgias de aquellos romances con novias secretas, de besos furtivos, o algunos que quizás no se quisieran recordar porque mal pagaron.
Sueños plateados de amores de otros tiempos, con la soledad de las cosas que se alejan en el recuerdo. Recuerdos incrustados desde hace tiempo en el tiempo.
Prohibido desde este momento no querer recordar o tratar de mutilar los viejos recuerdos, para no terminar fusilados frente a un pelotón de amarguras.
Fuente/Larepublicaonline
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