Buenos Aires.- Juan Sebastián Marroquín Santos, nombre con el que se identifica desde hace años Juan Pablo Escobar, hijo del fallecido narcotraficante Pablo Escobar, aseguró que aprendió "a vivir" cuando cambió su identidad, aunque pidió "empezar un proceso de cierre" para liberarse de la historia de su padre.
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El colombiano Marroquín Santos, o Escobar, reside desde finales de 1994 en Buenos Aires, adonde llegó con su madre, María Victoria Henao, y su hermana, Manuela, un año después del asesinato de su padre, jefe del cártel de Medellín, para resguardar su seguridad.
"Yo sigo respondiendo por lo que ha hecho mi papá. Siento que a 15 años de la muerte de Pablo Escobar, se sigue hablando de él como si hubiese muerto ayer. Hay que empezar un proceso de cierre sin renunciar a la búsqueda de justicia", señaló en una entrevista publicada hoy por el periódico argentino Perfil.
Pero "renuncio a la búsqueda de justicia" por los "actos de violencia contra mí y mi familia" si "a cambio de eso nos dan la paz", añadió Marroquín Santos, quien aseguró que su padre fue "un gran maestro de lo que jamás" se debe hacer.
Escobar murió en 1993 en un enfrentamiento con la Policía, que logró ubicar uno de sus múltiples escondites.El hijo del capo narco, de 32 años, indicó que no se ha podido "liberar" aún del apellido Escobar y consideró que el hecho de que no haya sido asesinado igual que su padre "es lo más parecido a un milagro".
Sostuvo que además que en el velatorio del padre no se bajó del auto blindado en el que estaba por miedo a que lo mataran y que no volvió a visitar la tumba de su padre hasta el año pasado, cuando regresó a Colombia por unos días."Ser un NN cualquiera fue la mejor experiencia de mi vida. Hasta ese entonces, había vivido toda mi vida encerrado y con escoltas, en una burbuja. Aprendí a vivir cuando me cambié de nombre", señaló el hijo del narcotraficante, quien tiene un estudio de arquitectura en Buenos Aires junto a otros socios.
Recordó además que luego de llegar a Argentina con su madre y hermana se inventaron "una historia paralela"."Decíamos que éramos una familia cafetera. Nos basamos en la novela 'Café con aroma de mujer', muy vista por esos días en Argentina. A todo el mundo le contábamos una vida parecida a la de la novela", agregó Marroquín Santos, actualmente casado.
En 2005, un tribunal argentino sobreseyó una causa contra él y su madre luego de haber sido acusados de integrar una asociación ilícita que blanqueaba dinero en este país.
Por el caso, Henao estuvo 17 meses presa, mientras que su hijo permaneció 45 días tras las rejas.Según la pesquisa, la colombiana supuestamente utilizaba una empresa en Uruguay para girar fondos a Argentina, valiéndose en algunos casos de maniobras de "triangulación" con bancos de Estados Unidos para evadir controles sobre el lavado de dinero.
"Mi madre sufrió mucho. Estuvo sometida a una degradación que no se merecía", argumentó Marroquín Santos.F/EFE/ Via LD
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