El vehículo Spirit continúa obteniendo descubrimientos a pesar de permanecer atrapado en la arena de Marte desde hace más de seis meses. Mientras los técnicos de la NASA hacen lo imposible para rescatarlo desde el Laboratorio de Propulsión a Chorro, el robot que tanta información ha ofrecido a los científicos sobre el Planeta rojo durante seis años no ha parado de trabajar.
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Y tiene nuevos datos. Al intentar liberarse, la máquina ha detectado en su trampa marciana, un área conocida como Troy, restos de sulfatos, unos minerales que sólo se forman en zonas húmedas, una nueva evidencia del pasado «calado» de Marte relativamente reciente, de hace sólo decenas de miles de años. Es más, los investigadores creen que esta zona pudo haber albergado vida alguna vez.
El rover encontró estos minerales durante una de las intentonas de rescate. «Las ruedas del rover rompieron la corteza de la superficie marciana y encontramos algo sumamente interesante en la tierra removida», explica el científico Ray Arvidson, de la Universidad de Washington en St. Louis.
Se trata de unos sulfatos que, según los expertos, se formaron en áreas de chorros de vapor, lo que se asocia a una actividad hidrotermal y volcánica. «Estas zonas pudieron haber tenido vida una vez», apunta. Spirit también ha ofrecido datos que pueden ayudar a comprender los cambios geológicos y climáticos del planeta durante millones de años, incluidos los ciclos que ocurren en el presente.
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