No debe ser fácil ser Tiger Woods estos días. Sus infidelidades y su vida secreta han ocupado las primeras páginas de casi todos los rotativos alrededor del mundo. Hoy, ese escándalo ya es un juego de internet.
Continuación de la lectura, El adulterio de Tiger Woods, un juego en internet...
Un entretenimiento virtual para todos los públicos, en el que su mujer Elin, armada con un palo de golf, corre furiosa detrás del coche que conduce Tiger con una de sus amantes a su lado. Durante la carrera hay que saltar varios obstáculos ad hoc para que la rubia mujer, una valkiria moderna, no cace al campeón. Tras un par de minutos aparece el letrero Game over, para avisar el fin de la persecución.
Entonces, puede leerse el mismo mensaje que el rey del golf ha escrito en su página web: Esta situación que es culpa mía, es igualmente penosa para mi familia como para mí.
En el mundo real, acabamos de enterarnos que tanto la madre como la suegra de Woods están encerradas con la pareja en el domicilio de ambos, que esa residencia se ha convertido en una verdadera fortaleza en la que no entra nadie, que Woods y Elin no quisieron recibir a la «poli» ni quieren visitas porque el hall de la casa está destrozado (lo que se achaca a la furia de la sueca), que ésta tiene un contrato con su marido, escrito antes de casarse, que le garantiza 10 millones de dólares por permanecer junto a el y que Tiger, tras pagar 7 millones de dólares a sus amantes para que guarden silencio, ha ofrecido a su despechada esposa, que no es tan dulce que aparece en las fotografías sino una mujer de armas tomar, 550 millones de dólares y un avance de 35 millones (alrededor de 280 millones de euros en total) si permanece a su lado durante los próximos 7 años.
Por otro lado la prensa sueca, que nos tiene muy al tanto de todos los detalles, cuenta que Elin acaba de comprar una finca en el archipiélago de esta capital por 1,7 millones de euros.
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