WASHINGTON -- La segunda gran tormenta en menos de una semana se abatió el miércoles por la mañana en el noreste de Estados Unidos, con más de 25 centímetros (10 pulgadas) de acumulación en el norte de Maryland y la amenaza de cubrir totalmente de blanco la ciudad de Nueva York.
Las barredoras de nieve han trabajado sin parar durante días en la capital, Filadelfia y Baltimore después que cayó casi un metro de nieve (tres pies) en algunas áreas y no parecían tener descanso a la vista.
La nieve caía el miércoles temprano desde el norte de Virginia hasta Connecticut después de pasar por el medio oeste estadounidense, como se conoce al centro-norte del país, donde las tormentas obligaron a cancelar cientos de vuelos y se les atribuyeron tres muertes por accidentes de tránsito en Michigan.
El Servicio Meteorológico Nacional emitió advertencias de tormenta el miércoles que se extendieron hasta la ciudad de Nueva York, donde se anticipaba que podrían caer de 25 a 40 centímetros (10 a 16 pulgadas) de nieve.
Las aerolíneas cancelaron cientos de vuelos en aeropuertos en el este y cerraron las escuelas en la ciudad de Nueva York, apenas por tercera vez en seis años, para dejar sin clases a 1.100.000 escolares.
En la costa este, miles de trabajadores despejaban la nieve a medida que seguía cayendo. Un vocero del Departamento de Transporte de Pensilvania dijo que las cuadrillas de despeje de nieve trabajaban turnos de hasta 16 horas.
"Puede ser agotador mental y físicamente", comentó Jerry Graham, conductor de un barrenieves estatal en el condado Lehigh de Pensilvania.
Algunas zonas que se salvaron de la tormenta de la semana pasada no tuvieron la misma suerte esta vez. Los aeropuertos de la ciudad de Nueva York cancelaron numerosos vuelos.
El pronóstico de más acumulación afectó particularmente a Washington y Filadelfia, que el fin de semana pasado padecieron una intensa tormenta.
Según algunos cálculos, la cantidad de nieve caída se estaba acercando en ambas ciudades a los récords absolutos desde 1884, cuando empezó a registrarse laacumulación de nieve.
Michael Giambattista, un camionero de Elizabeth, Pensilvania, no tiene electricidad desde el viernes y permanecía en un refugio de la Cruz Roja cerca de su casa con su novia y un hijo de 13 años.
"Nunca me quedé sin electricidad durante tanto tiempo", dijo Giambattista. "No se puede luchar contra la Madre Naturaleza. Ella va a ganar".
Unos 230.000 empleados federales en Washington no trabajan desde el viernes por la tarde, cuando cayó la primera tormenta. La Cámara de Representantes anunció que cancelaba sus trabajos durante el resto de la semana.
"Es embarazoso que la mayor potencia del mundo cierre por unos pocos pies de nieve", comentó Alex Krause, un joven de 23 años de Los Angeles, que se quedó varado en Washington. "El Kremlin se debe estar muriendo de risa".
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