Por: Cholo Brenes
Desde la década del 70 la música popular ha estado inmersa en guerra de diferentes productos. En un primer momento el cigarrillo era utilizado como un medio donde el artista lograba una colocación de importancia en la radio, televisión y prensa. Freddy Beras y Fernando Villalona eran modelos de la campaña de la marca nacional: Montecarlo. Villalona junto a los Kenton motivaron con fuerza através del baile y la voz en 30 segundos.
La disputa se trasladó al Ron dominicano. Cuquin Victoria con su frase de: "este es un país muy especial", que hoy recoge la secretaria de turismo, lograba impactar en el anuncio del Ron Bermúdez, a quien se le llamaba, como "una cosa de hombres" en un anuncio provocativo. Las figuras de Jhonny Ventura, Fernando Villalona eran utilizado en el Ron Brugal y en otras oportunidades en el Bermúdez. Los regalos de carros eran ofrecidos por casas licoreras. La popularidad de un conjunto nacido en Puerto Rico la utilizaba uno de los Rones con la frase "un pedacito de Quisqueya".
A fínales de los 80 Sergio Vargas era utilizado en la promoción de "Este es mi País", que además de excelentes anuncios fue copatrocinador de 10 videos a dicho artista, realizados por todo el país, por el difunto Jean Luis. De forma agresiva la firma Barceló presentó una campaña en que hizo presencia la figura de Juan Luis, Adalgisa y el sabor de las melodías y letras de Víctor Víctor.
La joven bancas también utilizó artistas. Los famosos conciertos y el surgimiento de las Megadivas, creadas por Luis Medrano con el apoyo de Ramoncito Báez en la década de los 90, es un ejemplo de mucha significación. Años antes Leonel Almonte y Milton Peláez lograban remenear la mata en la televisión dominicana.
En los últimos meses la irrupción de una marca extranjera de cerveza a puesto en alerta a la ya tradicional. Aquí de nuevo artistas populares encuentran comida y un medio importante para lograr notoriedad. Ambas ofrecen trabajo, una lucha por la colocación en el mercado en que la otra tiene el dominio, se gastan millones en la exclusividad de carnavales. Todo esto pone en peligro la supremacía, pero refresca la posibilidad de que ambas gocen del favor del pueblo y sobre todo de su juventud. Veremos cual logra tumbar el pulso, y esto es interesante.
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