ENGLEWOOD, Colorado — El entrenador de los Broncos de Denver, Josh McDaniels, afirmó hoy que nadie en el equipo sospechó que el wide receiver Kenny McKinley tuviera tendencias suicidas antes de quitarse la vida.
"Lo habíamos visto hace poco. Siempre igual. Le gustaba comer comida chatarra, papitas fritas y cosas así", dijo McDaniels compungido. "Siempre estaba en el comedor o en el gimnasio todas estas semanas. No hubo nada que nos alarmase"
Las autoridades del condado de Arapahoe dijeron que el jugador murió de un balazo que aparentemente se hizo él mismo el lunes por la tarde en su casa cerca de la instalaciones de los Broncos. McKinley tenía 23 años.
Su cuerpo fue encontrado el lunes en la tarde por una amiga que había salido con su hijo pequeño, Keon.
El equipo se reunió hoy por la mañana. El linebacker Wesley Woodyard dijo que McKinley se comportó como siempre —alegre y bromista— en las semanas previas a su muerte.
McDaniels dijo que habrá un momento de silencio antes del partido del domingo contra Indianápolis y los jugadores utilizarán calcomanías en sus cascos para recordar a McKinley.
El forense Michael Dobersen informó hoy que McKinley murió de un balazo en la cabeza. Precisó que las primeras conclusiones de la investigación sugieren que fue un disparó que él mismo hizo.
Los jugadores del equipo se reunieron con especialistas para lidiar con el impacto de la muerte de su compañero, que estaba en la lista de reservas tras lesionarse la rodilla izquierda en agosto y operarse por segunda vez en ocho meses.
McKinley estaba en su segundo año como profesional. Jugó ocho partidos como novato en 2009 con siete devoluciones de patadas para 158 yardas.
El deceso de McKinley es la tragedia más reciente que sufren los Broncos. El cornerback Darrent Williams fue asesinado a tiros desde un automóvil en el Año Nuevo del 2007, y tres meses después, el corredor sustituto Damien Nash se desmayó y falleció después de un partido de baloncesto con fines caritativos en San Luis...Fuente/ /
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