Al cumplirse este miércoles un año del terremoto que asoló a la vecina República de Haití, esa nación marcha por rumbos inciertos y sin posibilidades de recuperarse en el menor tiempo, luego que esa tragedia conmoviera al mundo, arrojando un saldo de más de 250 mil muertos, cientos miles de lesionados, y pérdidas millonarias en dólares aun no cuantificados.
A esa dolorosa situación de la vecina nación, ahora se le ha sumado la bacteria que ocasiona el cólera, enfermedad que se ha llevado de paro hasta el momento más de 4 mil haitianos, y otros 40 mil afectados se recuperan del terrible mal.Pero en el país más pobre del hemisferio occidental, y tercero del mundo, las cosas van de mal en peor, mientras la ayuda millonaria que ofrecieron los países desarrollados no acaba de llegar, y todo apunta a que la misma se quedará en el olvido y en el baúl de los recuerdos para siempre.
Se recuerda que tanto en el exterior como en nuestro país se han celebrado cumbres con la asistencia de representantes de las naciones más ricas del mundo, eventos en los que se comprometieron esos países, incluyendo principalmente a los Estados Unidos, aportar más de 6 mil millones de dólares, en una primera fase para iniciar los trabajos en procura levantar gran parte de las edificaciones que colapsaron durante el terremoto que devastó a la vecina nación.
De esa horrible tragedia, aún perviven momentos aciagos y de incertidumbres que mantienen a los ciudadanos de esa empobrecida nación en una situación desesperante.
Recordamos que cuando se produjo la lamentable tragedia, la mano amiga del vecino fue la que llegó rápida y oportunamente, sirviendo de bálsamo para aliviar las heridas lacerantes que les habían provocado las furias incontenibles de la naturaleza a la hermana República de Haití aquél fatídico 12 de enero del año 2010.
Como se sabe, todos alabaron las acciones que adoptaron las autoridades dominicanas, especialmente el presidente de la República, doctor Leonel Fernández, que pocas horas después de haberse producido el fenómeno natural, despertaba al jefe de Estado haitiano, René Preval, para ofrecer las primeras ayudas a las víctimas, en nombre del pueblo y gobierno dominicanos.
Ahora bien, habría que preguntarse, si todavía quienes prometieron prestar ayudas desinteresadas para recuperar al vecino país y encaminarlo por senderos de progresos, están decididos a honrar sus compromisos que hicieron ante los ojos del mundo. Eso está por verse...
Fuente/Autor: GILBERTO HERNANDEZ /
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