Jordan Brown, un niño estadounidense de 13 años de edad, podría pasar el resto de su vida en una cárcel si éste resulta culpable del asesinato de su madrastra quien en ese momento se encontraba embarazada de 8 meses de gestación.
El crimen de Kenzie Marie Houk de 26 años de edad, sucedió el mes de febrero de 2009 en una granja ubicada en el poblado de Wampun, Pennsylvania, se cree que mientras Houk dormía, Jordan de 11 años en aquel entonces, le disparó con una escopeta calibre 20, la cual pertenecía a su padre ya que ambos gustaban de salir a dispararle a algunas latas, por diversión.
En las declaraciones, el chico comentó que cerca de la casa se hallaba un auto negro, si embargo esto no ha sido probado y por lo contrario, el arma fue encontraba en la habitación de Brown.
Por su parte, el fiscal de Pennsylvania se encuentra ejerciendo presión ante el tribunal para que el infante sea juzgado como una persona mayor para que se haga responsable por las dos muertes; por otra parte, Amnistía Internacional, asegura que condenar al muchacho a cadena perpetua, sería una violación a los Derechos Humanos.
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