NUEVA YORK -- Después de ser electo al Salón de la Fama, a Roberto Alomar le preguntaron que identificara a un segunda base con similitudes a su estilo de batear y defender la intermedia.
Alomar no dio muchas vueltas: Robinson Canó. Otro elogio en una larga lista para el dominicano y otro que asume con mesura.
"Uno se enorgullece cuando alguien de su estatura habla así de ti. Pero también te sirve para trabajar más duro", dijo Canó en una entrevista con The Associated Press.
Canó viene de un año envidiable, uno en el que despejó dudas sobre su capacidad para asumir una asignatura de más responsabilidad con los Yanquis de Nueva York y acabó señalado como el mejor intermedista de las Grandes Ligas.
¿Qué puede hacer para mantenerse en semejante categoría?
Pues nada que no ha hecho antes. Sin descuidar el disfrutar las vacaciones y pasar tiempo con su familia, Canó dice que redobló su régimen intenso de entrenamiento en la República Dominicana.
"Me gusta dar lo mejor de mí", afirmó Canó. "El empeño y esfuerzo que uno pone en este tiempo libre siempre ha sido lo más importante".
Canó vino a Nueva York el fin de semana para recibir el premio Joe DiMaggio que otorga el capítulo de la ciudad de lo Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica.
También se aprecia que ya es una figura que se codea en presentaciones promocionales. Ahí estaba en el centro de una evento para catar el whisky Johnnie Walker en un exclusivo hotel de Manhattan.
Esto es lo que pasa cuando se completa una temporada con promedio de .319 y récords personales en jonrones (29), carreras impulsadas (109) y porcentaje de embasado (.381).
Fue su primer año como quinto al bate, detrás de Alex Rodríguez, y no defraudó al tocarle reemplazar en el orden ofensivo a Hideki Matsui, llevándose el Bate de Plata.
También ganó por primera vez un Guante de Oro a su desempeño defensivo, luego de una campaña en la que lideró en la Liga Americana con su porcentaje de fildeo de .996 (tres errores en 776 intervenciones).
Quedó tercero en la votación al Jugador Más Valioso, detrás de Josh Hamilton y Miguel Cabrera.
Nada impide pensar en que Canó suba más.
"Yo no me pongo a pensar en eso (el JMV), pero sí trato de tener cada año que pasa una temporada mejor que la anterior, y es por eso que le dedicó tanto al juego", sostuvo. "Quiero ganar más y por eso me dedico a trabajar más fuerte".
La que viene será la séptima temporada de Canó en las mayores. Esto implica que ya ha adquirido suficiente experiencia y ahora es visto con liderazgo dentro del club.
Durante el invierno, el receptor Francisco Cervelli y el infielder Eduardo Núñez le han acompañado entrenando en Dominicana.
"Hemos estado trabajando en la defensa, el bateo, en todos los aspecto del juego", contó Canó. "Que ellos vean donde practico, es un orgullo tenerlos conmigo". ..
Fuente/EP /
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