San Juan, (EFE).- El ex boxeador puertorriqueño Wilfredo Benítez vive olvidado, en silla de ruedas y gracias a ayudas del Estado tras malgastar los millones de dólares que reunió durante una carrera en la que se proclamó el púgil más joven en ganar un título mundial.
El próximo domingo se cumplirán 35 años de aquel lejano 6 de marzo de 1976, fecha en la que Benítez, a sus 17 años, se atrevió a retar al colombiano Antonio Cervantes, conocido como 'Kid Pambelé', para dirimir el título del peso welter junior de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
Más de tres décadas después, Benítez sufre las secuelas de años de golpes y es incapaz de articular -desde una silla de ruedas- palabra para explicar qué hizo con lo que entonces era una fantástica fortuna al alcance de muy pocas estrellas del deporte.
El dinero generado por Benítez durante su carrera profesional desapareció rápidamente por la mala administración que le dieron él y su padre, que se gastaron, dólar tras dólar, en compras suntuosas de automóviles, regalos, mujeres y toda clase de lujos.
La salud de Benítez, al igual que su cuenta bancaria, también comenzó a deteriorarse debido a una combinación del castigo que sufrió en los cuadriláteros desde los 7 años.
Ivonne Benítez, hermana del ex boxeador, dijo a Efe que siempre se mantuvo orgullosa y cercana al campeón, especialmente tras comenzar sus problemas de salud y el diagnóstico de una encefalopatía traumática crónica, producto de los golpes recibidos durante su carrera.
Benítez, ahora con 52 años, tiene que ser asistido por Ivonne en su vida diaria, que transcurre en una humilde vivienda de un barrio de las afueras de San Juan cercano al municipio de Carolina.
Ivonne tuvo que hacerse cargo del ex campeón después de que la madre del ex boxeador falleciera hace meses..
Fuente/ Jorge J. Muñiz Ortiz/EFE/
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