Por Bolívar Balcacer
En estos tiempos de Semana santa es muy dado el comenzar a desplazarse a playas y lugares apartados, mientras una gran parte de la población se dedica a encontrarse con Dios, hace unos cuantos meses, se desató en todo New York y parte de Santo Domingo una ola indetenible de faranduleros metidos al cristianismo, eso se amplió a raíz de la cruzada que en el 2006 dió en esta ciudad el sur coreano Jaerock Lee, traído a la gran manzana por el apóstol doctor Ricardo Reyes.Fue tal la avalancha que gentes que uno nunca pensó que podía entrar al evangelio se comían la biblia por boca y naríz, sin embargo de un tiempo a esta parte ese grupo que lo integraron entre otros FrederickMartinez, (El Pachá), Frank Girón, Felix
Jerez, Andy Salas, El fenecido Raymon Reynoso y otros se les ha olvidado el Dios Te Bendiga para confundir a la gente. Ese grito de Guerra se quedó solo en el recuerdo, convirtiendo a estos en falsos cristianos o cristianos de la secreta, auténticos “demonitos” que de días son santitos y de noche auténticos herederos de Lucifer
AUNQUE la deshonestidad existe desde los tiempos del jardín de Edén, en la mayoría de las culturas y sociedades se reconoce que la honradez es una cualidad valiosa, que la mentira y el engaño son censurables, y que la persona confiable tiene motivos para sentirse orgullosa. No obstante, cada vez está más extendida la opinión de que hace falta ser deshonesto para salir a flote en la sociedad actual.
Quien desee agradar a Dios debe ser honrado tanto en sus palabras como en sus acciones cotidianas. El apóstol Pablo hizo esta exhortación a sus hermanos cristianos: “Hable verdad cada uno de ustedes con su prójimo” (Efesios 4:25). También escribió:
“Deseamos comportarnos honradamente en todas las cosas” (Hebreos 13:18). La razón para actuar así no es recibir las felicitaciones de nuestros semejantes, sino demostrar respeto al Creador y agradarle.
En estos tiempos de Semana santa es muy dado el comenzar a desplazarse a playas y lugares apartados, mientras una gran parte de la población se dedica a encontrarse con Dios, hace unos cuantos meses, se desató en todo New York y parte de Santo Domingo una ola indetenible de faranduleros metidos al cristianismo, eso se amplió a raíz de la cruzada que en el 2006 dió en esta ciudad el sur coreano Jaerock Lee, traído a la gran manzana por el apóstol doctor Ricardo Reyes.Fue tal la avalancha que gentes que uno nunca pensó que podía entrar al evangelio se comían la biblia por boca y naríz, sin embargo de un tiempo a esta parte ese grupo que lo integraron entre otros FrederickMartinez, (El Pachá), Frank Girón, Felix
Jerez, Andy Salas, El fenecido Raymon Reynoso y otros se les ha olvidado el Dios Te Bendiga para confundir a la gente. Ese grito de Guerra se quedó solo en el recuerdo, convirtiendo a estos en falsos cristianos o cristianos de la secreta, auténticos “demonitos” que de días son santitos y de noche auténticos herederos de Lucifer
AUNQUE la deshonestidad existe desde los tiempos del jardín de Edén, en la mayoría de las culturas y sociedades se reconoce que la honradez es una cualidad valiosa, que la mentira y el engaño son censurables, y que la persona confiable tiene motivos para sentirse orgullosa. No obstante, cada vez está más extendida la opinión de que hace falta ser deshonesto para salir a flote en la sociedad actual.
Quien desee agradar a Dios debe ser honrado tanto en sus palabras como en sus acciones cotidianas. El apóstol Pablo hizo esta exhortación a sus hermanos cristianos: “Hable verdad cada uno de ustedes con su prójimo” (Efesios 4:25). También escribió:
“Deseamos comportarnos honradamente en todas las cosas” (Hebreos 13:18). La razón para actuar así no es recibir las felicitaciones de nuestros semejantes, sino demostrar respeto al Creador y agradarle.
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