"Sara", una tortuga boba (también conocida como caguama), pesa 57 kilos y su vida ya está fuera de peligro, pese a que el 3 de agosto fue rescatada herida en un remoto cayo del sur del estado de Florida.
Nicholas Borg y su padre pescaban el pasado 3 de agosto cuando vieron a una tortuga con dificultades para subir a la superficie a tomar aire, según fuentes del Hospital de Tortugas de la localidad de Marathon, en plenos cayos del sur de Florida.
Al observar que tenía un arpón de más de un metro de largo clavado en la cabeza, se pusieron en contacto con los guardacostas. Cuarenta minutos después, la tortuga estaba embarcada y era trasladada por una ambulancia de animales, que la llevó al hospital especializado de Marathon.
Se necesitó la ayuda de bomberos para cortar el metal del arpón y hacer más sencillo su traslado. "La familia Borg permaneció en todo momento junto a ella y nos explicó que tenían previsto estar celebrando en ese momento el cumpleaños de la niña de la familia, Sara. Por eso elegimos ese nombre. En su honor", explicó un responsable del hospital en su blog.
"Esperamos que se recupere rápidamente. Es una tortuga con mucha, mucha suerte", afirmó el vocero del hospital, quien destacó: "Todas las tortugas son importantes, así que estamos muy contentos de que ésta haya sobrevivido a tal acto de tremenda crueldad".
La indignación de sus rescatistas y de quienes la curaron fue tal que ellos mismos decidieron ofrecer una recompensa para encontrar al agresor. Richie Moretti, fundador del hospital, primero ofreció 500 dólares, luego Tom Luebke, un ingeniero que suele colaborar como voluntario, aportó también fondos y así fue subiendo la cantidad de dinero a medida que empresas locales, negocios y particulares se iban enterando de lo ocurrido.
Incluso ha habido quienes han ofrecido servicios, de forma que, además del dinero, quien dé pistas que lleven a la detención del agresor pueda disfrutar también de inmersiones de buceo gratis en una escuela de la zona, de salidas de pesca gratuitas y de horas gratis de trabajos de soldadura en cualquier lugar de los cayos de Florida.
La joven tortuga -a la que tratan como si fuera una hembra pese a que aún no tiene suficiente edad para saberlo- pertenece a una especie (Caretta caretta) en peligro de extinción.
Fuente: EFE/Via IB.
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