Un grupo de investigadores estudiará la aparición de nuevas manchas con forma de rostros humanos en una casa de un pueblo del sur de España, que hace 30 años saltó a la fama por el supuesto "encantamiento" de dos de sus viviendas. Las llamadas "Caras de Bélmez" son unos rostros que, por primera vez, aparecieron en el suelo de la cocina de una casa de la localidad española de Bélmez de la Moraleda, en la provincia de Jaén, en 1971.
Lo que, según algunos, eran unas simples manchas en el cemento atrajeron la atención de la prensa y los investigadores de la época hasta convertirlas en el fenómeno paranormal más conocido de España.
La muerte en 2004 de María Gómez, su propietaria, a los 85 años, hizo pensar que dejarían de surgir pero, por contra, los rostros continuaron apareciendo ocho meses después, y lo hicieron, además, en otra casa propiedad de dos sobrinas de la fallecida.
En esa casa, en la que nació y vivió María durante 22 años, es donde se encuentra la habitación que, después de seis meses precintada, fue visitada este jueves por una escribana que levantó el acta, acompañada del equipo de investigadores, medios de comunicación, y familiares de la difunta.
Al abrir la puerta, pudieron ver en una pared blanca, picada y enlucida por un albañil antes de que se cerrara, una serie de pequeñas manchas.
El presidente del Grupo de Investigaciones Parapsicológicas de Bélmez (GIPB), Diego Fuentes, las calificó de "pequeñas teleplastias sorprendentes" y anunció que las investigará para intentar determinar su origen.
No es la primera vez que se sellan habitaciones en relación a la aparición de las caras.
Hace seis años ya se realizó un precinto bajo certificación policial, y hace 38 con control notarial.
Las caras continúan siendo un tema de conversación habitual en Bélmez, un pueblo de menos de 2.000 habitantes, tanto por el aspecto parapsicológico como por el comienzo este año de un centro de interpretación con un presupuesto de más de un millón de dólares aportados, en su mayoría, por fondos europeos.
Lo que, según algunos, eran unas simples manchas en el cemento atrajeron la atención de la prensa y los investigadores de la época hasta convertirlas en el fenómeno paranormal más conocido de España.
La muerte en 2004 de María Gómez, su propietaria, a los 85 años, hizo pensar que dejarían de surgir pero, por contra, los rostros continuaron apareciendo ocho meses después, y lo hicieron, además, en otra casa propiedad de dos sobrinas de la fallecida.
En esa casa, en la que nació y vivió María durante 22 años, es donde se encuentra la habitación que, después de seis meses precintada, fue visitada este jueves por una escribana que levantó el acta, acompañada del equipo de investigadores, medios de comunicación, y familiares de la difunta.
Al abrir la puerta, pudieron ver en una pared blanca, picada y enlucida por un albañil antes de que se cerrara, una serie de pequeñas manchas.
El presidente del Grupo de Investigaciones Parapsicológicas de Bélmez (GIPB), Diego Fuentes, las calificó de "pequeñas teleplastias sorprendentes" y anunció que las investigará para intentar determinar su origen.
No es la primera vez que se sellan habitaciones en relación a la aparición de las caras.
Hace seis años ya se realizó un precinto bajo certificación policial, y hace 38 con control notarial.
Las caras continúan siendo un tema de conversación habitual en Bélmez, un pueblo de menos de 2.000 habitantes, tanto por el aspecto parapsicológico como por el comienzo este año de un centro de interpretación con un presupuesto de más de un millón de dólares aportados, en su mayoría, por fondos europeos.
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