Cientos marchan al cuartel 34 en protesta por muerte dominicano

NUEVA YORK._ Al grito de “John Collado vive, vive. La lucha sigue, sigue” y “¿Qué queremos?, justicia, ¡ahora!, cientos de dominicanos y dominicanas marcharon desde el edificio frente al cual fue asesinado el ex luchador oriundo de Santiago de los Caballeros por el policía encubierto anti narcóticos Thomas Connelly, perteneciente al precinto 34 en el Alto Mahattan, hasta cuyo cuartel llegó la protesta.

Los manifestantes, encabezados por la esposa, los hijos, hermanos, tías y sobrinas de Collado, partieron desde la avenida Post (edificio 4292), recorrió tramos de las avenidas Dickman y Broadway hasta llegar a la calle 184, donde está situada la comisaría.

Varios destacados activistas de la comunidad entre ellos el precandidato a diputado del PLD Gregorio Morrobel, el líder de distrito del Partido Demócrata Manny Velázquez, el periodista Félix Jerez y el promotor Elías Barreras Corporán, acompañaron a los manifestantes que salieron poco después de las 2:00 de la tarde del punto de partida.

Una gran parte de los participantes vestían suéteres con la foto de Collado y otros exhibían carteles con imágenes de la víctima cuando estaba en vida.

La marcha recibió la solidaridad de miles de dominicanos e hispanos de otras nacionalidades a lo largo de su trayecto y fue custodiada por media docena de oficiales del Departamento de Asuntos de la Comunidad de la uniformada y varias unidades motorizadas.

Los oradores, quienes se refirieron al asesinato de Collado como una gran injusticia y reclamaron que las autoridades no encubran los hechos, coincidieron en aclarar que la protesta no era para acusar a todos los policías de Nueva York, sino para exigir que los oficiales corruptos y “gatillos alegres”, sean castigados como se debe.

Amarilis Collado, viuda de la víctima con llevaba 7 años casada y procrearon un hijo, dijo que la familia estaba allí para tratar de que hechos como el asesinato de su esposo, no se vuelva a repetir y que se corrija ese tipo de acciones de muchos policías que dañan la imagen de toda la institución.

“No me van a devolver a mi esposo, pero su muerte debe tomarse como ejemplo para que no quede impune ni su sacrificio haya sido en vano. Como en todas las instituciones, en la policía hay oficiales buenos y oficiales corruptos y a los corruptos hay que darles su castigo para devolver la credibilidad no sólo a nosotros, sino a todos los que creemos que la policía está para proteger y hacer justicia y no para agredirnos”, agregó la vida.

“A nosotros nos agredieron. No culpo a la policía en total, pero hay episodios específicos que no deben ocurrir en ninguna comunidad y por eso estamos aquí”, sostuvo la señora viuda Collado, nativa de Castillo en San Francisco de Macorís.

Reclamó que las investigaciones de la fiscalía avancen para que el caso llegue a un Gran Jurado. “Queremos justicia para que se nos haga confiar de nuevo, porque en este momento, yo no confío en nadie y lo digo claramente”.

La dominicana expresó que le pasó algo muy difícil, extremadamente doloroso y que no tiene descripción, “pero estamos aquí pacíficamente, tranquilos y esperando que la policía haga lo que le corresponde, ya que en el momento de matar a mi esposo uno de ellos no lo hizo, por lo que esperamos que a través de las investigaciones se haga justicia con la muerte de mi esposo”.

Confirmó que la familia contempla una demanda, pero aclaró que eso no es lo prioritario. “Lo más importante no es una demanda, sino que se corrija la falta y que no se repita lo de la muerte de mi esposo, porque así como respetamos que se nos respete como familia y comunidad”.

Concluyó diciendo que Collado era el centro del hogar, de la familia a la que siempre llevaba alegría y tenía mucha sensibilidad social que es lo que le falta hoy a mucha gente. Otra de las oradoras en la protesta fue la señora Juana Cruz amiga y vecina de la familia, quien explicó que Collado, no tenía la culpa de haber vivido en un sector donde frecuentemente pasa ese tipo de cosas.

“Que no vuelva a pasar lo que pasó, para que nuestros niños puedan seguir jugando afuera y no venga ningún policía y mate a uno de ellos. Queremos que cuando alguien caiga herido, la policía lo atienda y no lo maltrate y hay muchos testigos que vieron eso por sus ventanas”, añadió Cruz.

“Estamos aquí exigiendo que haya un trato humanitario, en Estados Unidos no se le pueda dar una patada a un perro y por qué entonces a un ser humano. A John, estando herido no se le dio la oportunidad de explicarle a la policía que él estaba allí en el momento equivocado”, sostuvo la oradora.

Ernesto Jiménez, vecino y amigo de Collado con quien se crió y fue monaguillo en la iglesia San Judas Tadeo dijo que la víctima era un hombre bueno y que su muerte nunca debió haber sucedido.

La víctima tenía más de 40 años residiendo en el edificio frente al cual se levanta un altar improvisado en el que se depositan docenas de mensajes escritos, velas, velones, fotografías, volantes, peluches, flores y afiches denunciando el caso como brutalidad policial.

..Fuente/ Autor: Miguel Cruz Tejada/