MÉXICO, D.F., (EL UNIVERSAL).- “Lo matamos en defensa propia”, indicaron María “N” y Victoriano “N”, al referirse a su hermano Fernando Fidencio, cuyo cadáver mantuvieron durante medio año en un refrigerador para paletas. La violencia que ejercía la oveja negra de la familia, era tal que a nadie le importó su desaparición, hasta que una llamada anónima alertó a la policía.
En marzo pasado el Fernando salió de la cárcel tras estar recluido 15 meses.
Esa era la segunda ocasión que ingresaba a un penal, acusado siempre por sus hermanos quienes le habían interpuesto varias denuncias.
Salió ese mes y al otro ya estaba muerto. Sus hermanos lo mataron al intentar agredir a una de ellas con un machete, pero, dice, que por suerte estaba acompañada, por lo que fue desarmado y con el mismo machete fue herido, primero por María “N” y luego rematado por el amigo de ella, quien hoy se encuentra prófugo.
Para dar con el tercer implicado es que los hermanos fueron arraigados desde este miércoles.
Fernando Fidencio Castro de 41 años, fue asesinado y cubierto con plástico envolvente, para luego ser metido en un refrigerador que sus hermanos usaban para hacer paletas que vendían en la colonia Purísima Atlazolpa en Iztapalapa.
María “N”, de 43 años, y José “N”, de 40, fueron detenidos.
Ante los medios de información, ella dijo que era un infierno vivir con él, “si ustedes hubieran vivido con él, esto hubiera vuelto a repetirse”.
Dijo sólo estar arrepentida por sus hijos, más no por matar a su hermano.
“Salió de la cárcel a matarnos, a agredirnos, y nosotros sólo actuamos en defensa propia. A mi se me ocurrió meterlo al refrigerador porque a nadie le importaría su desaparición, nadie lo quería”, aseguró.
María “N” tiene una hija de 17 años, pero cuando ella tenía 4, su tío intentó violarla, “porque le gustaban las niñas”.
“Si él viera esto que estamos pasando estaría feliz, pero nosotros sólo nos defendimos, a nuestra casa, a nuestros hijos”, declaró José “N”.
En marzo pasado el Fernando salió de la cárcel tras estar recluido 15 meses.
Esa era la segunda ocasión que ingresaba a un penal, acusado siempre por sus hermanos quienes le habían interpuesto varias denuncias.
Salió ese mes y al otro ya estaba muerto. Sus hermanos lo mataron al intentar agredir a una de ellas con un machete, pero, dice, que por suerte estaba acompañada, por lo que fue desarmado y con el mismo machete fue herido, primero por María “N” y luego rematado por el amigo de ella, quien hoy se encuentra prófugo.
Para dar con el tercer implicado es que los hermanos fueron arraigados desde este miércoles.
Fernando Fidencio Castro de 41 años, fue asesinado y cubierto con plástico envolvente, para luego ser metido en un refrigerador que sus hermanos usaban para hacer paletas que vendían en la colonia Purísima Atlazolpa en Iztapalapa.
María “N”, de 43 años, y José “N”, de 40, fueron detenidos.
Ante los medios de información, ella dijo que era un infierno vivir con él, “si ustedes hubieran vivido con él, esto hubiera vuelto a repetirse”.
Dijo sólo estar arrepentida por sus hijos, más no por matar a su hermano.
“Salió de la cárcel a matarnos, a agredirnos, y nosotros sólo actuamos en defensa propia. A mi se me ocurrió meterlo al refrigerador porque a nadie le importaría su desaparición, nadie lo quería”, aseguró.
María “N” tiene una hija de 17 años, pero cuando ella tenía 4, su tío intentó violarla, “porque le gustaban las niñas”.
“Si él viera esto que estamos pasando estaría feliz, pero nosotros sólo nos defendimos, a nuestra casa, a nuestros hijos”, declaró José “N”.
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