LEBANON, Ohio– Está atardeciendo en este pequeño poblado al suroeste de Ohio y, cuando impera la oscuridad, suceden cosas extrañas en el hotel Golden Lamb Inn. O al menos eso me han dicho.
El hotel ha sido propiedad de la familia de Rob Portman, Senador por Ohio, durante gran parte del siglo pasado y es el más antiguo en el estado. Desde que abrió sus puertas como una simple posada en 1803, ha sido visitado por 12 presidentes y por sus pasillos han caminado veintenas de huéspedes famosos como Charles Dickens y Mark Twain.
Durante ese tiempo, al menos tres huéspedes fallecieron mientras se alojaban ahí. Algunos creen que los espíritus del desafortunado trío nunca se fueron.
¿Un posible candidato a la vicepresidencia es dueño de un hotel embrujado? Que alguien me reserve un cuarto.
Hago una reservación para la noche de un lunes y solicito la habitación “Harriet Beecher Stowe” –un espacio supuestamente embrujado en el que innumerables cazadores de fantasmas han reportado señales de actividad paranormal.
Llego esa tarde temprano. La recepcionista que registra mi arribo señala que voy a dormir en la habitación embrujada junto a una cama llena de muñecas espeluznantes con las que a uno de los fantasmas le gusta jugar por la noche. Me asegura que sobreviviré.
“Todavía no hemos tenido víctimas”, dice fríamente.
Por supuesto, se le olvidó añadir, “recientemente”.
Tradición fantasmagórica
El Golden Lamb se ubica en Lebanon, una ciudad histórica y encantadora entre Cincinnati y Columbus. Al llegar a los límites de la ciudad, los visitantes pasan frente a maizales y casas majestuosas con jardines grandes y cuidados. El hotel está en el centro, rodeado de tiendas locales que recuerdan a las calles típicamente estadounidenses de hace 50 años, más que a los desolados centros urbanos que se ven actualmente en gran parte del país.
A pesar del encanto del lugar, las historias de fantasmas abundan. Los huéspedes del hotel han encontrado a una joven con camisón blanco que se esfuma tan rápidamente como aparece. Algunos piensan que la figura misteriosa es la hija del legislador Henry Clay, llamada Eliza, quien murió de fiebre en el hotel. Otros dicen que es el fantasma de otra niña, Sarah Stubbs, quien creció en el hotel. Su habitación está al final de las escaleras en el cuarto piso (la misma habitación en la que yo me alojo), pero cuando fue obligada a irse a una habitación diferente se puso furiosa y, desde entonces, ha regresado a espantar el hogar de su infancia.
En la habitación que está junto a la de ella, el personal del hotel ha reemplazado la puerta con una cubierta de cristal y decorado el espacio con aterradores juguetes antiguos: una muñeca yace sobre la cama gemela; en la esquina, cerca de una carriola negra, hay un caballito mecedor; se ha colocado un borrego de peluche encima de un armario. “El espíritu inquieto de una joven se materializa en esta pequeña habitación”, dice un letrero afuera de la puerta.
Bajando las escaleras, en el segundo piso, un ex congresista llamado Clement L. Vallandigham se propinó accidentalmente un tiro en 1851 y la gente afirma haber visto su sombra caminando por la habitación –que ahora es un comedor privado para los clientes del restaurante. Dos décadas antes de eso, Charles Sherman, un juez de la Suprema Corte de Ohio, también murió en el hotel y los huéspedes han reportado haber visto el espíritu de un hombre delgado que sube las escaleras entre el vestíbulo y las habitaciones.
'¿Es cazador de fantasmas?'
Al subir las escaleras para llegar a mi habitación, paso frente a hileras de antigüedades en cada piso, que incluyen el triciclo de un niño, cientos de ornamentos de ovejas y paredes cubiertas de papel tapiz floreado. Cuando el abuelo de Rob Portman compró el hotel en 1926, llenó el lugar con muebles Shaker, dándole un aspecto del siglo XIX –perfecto para un edificio histórico en el que se cree que espantan.
Paso frente a una atareada mucama, quien de inmediato nota mi grabadora y mi libreta.
“¿Es cazador de fantasmas?”, me pregunta, y me da un consejo.
“Las puertas del mueble de la televisión se abren solas todo el tiempo y no es el pasador”, advierte. “Porque ya le he pedido al encargado de mantenimiento que verifique el pestillo”.
El teléfono de la habitación con fantasmas tampoco funciona –rara vez sirve– y sí, el encargado de mantenimiento también lo ha revisado.
Estaré prácticamente solo toda la noche. Hay algunas personas alojadas en el hotel, incluyendo a una persona que está también en mi piso de los fantasmas y que se aloja en la habitación “Ronald Reagan”, al final de un largo pasillo que parece sacado de El Resplandor.
Consejo sobrenatural
Antes de mi viaje, hablé con entusiastas de las historias de fantasmas para que me dieran sus consejos. Encontré a Chris Woodyard, autora de una serie de libros titulada “Haunted Ohio”, quien parece ser la experta principal en actividades paranormales en Ohio. Su consejo más importante: callarse y escuchar.
“Le reitero a la gente que no intente comunicarse deliberadamente, pero si quieres abrirte a ella, está bien”, me dijo Woodyard cuando le pregunté qué sabía sobre el fantasma de la joven. “Si un fantasma quiere hablar contigo, lo hará. Probablemente has visto a esta gente en la televisión, gritando y provocando. Eso es ridículo... Si crees que realmente hay una persona ahí, entonces eso es bastante grosero”.
Es un consejo útil, porque probablemente yo hubiera gritado a los cuatro vientos en la oscuridad hasta asustarme yo solo.
Empleados que se niegan a llegar a mi piso
Antes de que anochezca por completo, me acomodo en una mesa del restaurante del hotel, preparado para interrogar a los empleados sobre sus propias experiencias sobrenaturales en el Golden Lamb. Mi mesera me muestra una mano con una desagradable cicatriz que abarca tres dedos, resultado de haberse cortado cuando un lavabo de porcelana se colapsó sobre ella en el sótano. Acababa de decirle a sus colegas que toda la plática sobre fantasmas era una tontería cuando el lavabo se vino abajo.
Ahora no tiene duda. Y mantiene su distancia.
“No subo a ese piso, no bajo al sótano, no entro a los túneles, nada”, dice. “No, gracias. Todo el mundo sabe, ya ni me preguntan, porque no voy a ir”.
Para el final de mi estancia, conozco a tres empleados que se niegan a subir al último piso.
Después de cenar, De-De Bailey, la subgerente general, quien ha trabajado en el hotel durante más de 35 años y se describe a sí misma como “la principal escéptica” del edificio, tomó un café conmigo mientras me preparaba para lo que se avecinaba. Tuvo su propio encuentro inexplicable con el más allá una vez que estuvo sola en uno de los comedores hace unos años. Bailey jura que escuchó que alguien suspiró detrás de ella, pero al darse la vuelta vio que no había nadie. Esa misma noche, 40 vasos se quebraron cuando cayeron repentinamente de su anaquel.
“No puedo explicar eso”, dijo.
Probando mi suerte
Llegó el momento.
Estoy solo después de la media noche en el último piso del Golden Lamb. El puñado de huéspedes que se alojan esa noche se han ido a dormir. El auditor nocturno se sienta solo en la planta baja mientras escucha música de piano proveniente de la cocina.
Yo me siento y espero.
De pronto, la tranquilidad se ve interrumpida por el sonido repentino de ¡pum! ¡pum! ¡pum! por encima de mi cabeza. Se detiene un momento y luego comienza de nuevo. Había escuchado historias de otros huéspedes que escucharon pasos en la misma habitación. Debía ser esto.
Estoy en el último piso del hotel, pero suena como si alguien estuviera caminando en un piso directamente arriba del mío a través del techo.
Luego se detiene, y espero a que comience otra vez. Pero ya pasó.
El único sonido que escucho ahora es el zumbido de un aire acondicionado y el suave tic-tac de mi reloj. Enciendo la grabadora.
Al recordar los programas sobre cazadores de fantasmas en la televisión, intento reunir valor para invitar verbalmente a uno de los fantasmas a que hable conmigo.
“¿Estás ahí, fantasma?”, digo torpemente entre dientes, en la oscuridad.
Pasan varios momentos. Nada.
Esa tarde había visto videos de YouTube sobre entusiastas de lo paranormal en el mismo lugar en el que estoy yo ahora, diciendo básicamente lo mismo. Afirmaban que los espíritus les respondían, pero yo no escucho nada.
“¿Cómo te llamas?”, pregunto. “¿Te gustaría hablar?”.
El simple sonido de mi propia voz me sobresalta lo suficiente como para arrepentirme de haber dicho algo. Comienzo a sentirme ridículo y después de más de una hora de estar ahí sentado sin hacer ruido, me doy por vencido. Sintiéndome decepcionado pero aliviado de que los fantasmas no me hayan molestado, decido dormir.
Al día siguiente, hablo con Portman para preguntarle sobre sus propias experiencias sobrenaturales en el hotel de su familia. Le cuento sobre los pasos en el cuarto piso. ¿Él cree en eso?
“Yo no he visto a los fantasmas”, me dijo. “Pero mi mamá solía contar historias sobre haber escuchado las cadenas en la noche, de los fantasmas cuando caminaban por el pasillo”.
Con una mirada pícara, sonrió y añadió: “uno nunca sabe”.Comparte este artículo con tus amigos en Facebook,y Twitter con los botones debajo de cada post.¡Gracias! ..Fuente/ /
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Bueno, a mi no me ha pasado pero a mi hija si. Cuando estaba preparándose para su exámen final de "Accountanting Manager(Contadora
Pública Autorizada); una de sus compañeras de clases, la invitó a 'dormir en su casa, para poder estudiar, para su examen final'.Dice mi hija, que su amiga, fue a buscar 'algo para comer, porque serian las 10:00pm y hacia hambre. Dice ver caminar y devolverse, un señor alto, vestido de negro, con sombrero y botas, pensó se habrá metido un ladron decente?...conforme el 'hombre se iba acercando a ella; llamó a su amiga y le contó: La amiga le dijo, ay chica, eso me pasa a cada momento, en mi habitación,siento los pasos, oigo sonar el 'chirriar de la puerta, me apagan la luz, me la prenden de nuevo, se oyen gritos, gente hablando, yo ocasionalmente vengo a esta casa, algunas veces cuando 'mami y papi' están aquí; mi hija dice; yo le preguntè que si me sucederia a mi, porque yo no era tan 'guapa' como ella, su amiga le dijo, bueno, si tu quieres duerme en mi habitación, que hay dos camas; mi hijo dice le dijo:No, yo me quiero ir para mi casa. La amiga le dijo, pues yo me voy para la tuya, perfecto..En el trayecto hasta mi casa, la amiga le contó, que esa casa fue CONSTRUIDA EN EL AREA QUE ERA UN CEMENTERIO!!!!, Y QUE SU PAPI LO COMPRO, PORQUE ;SE LO VENDIERON A BUEN PRECIO!!. Cuando veo llegar a mi hija con los ojos desorbitados, y su amiga con los 'motetes' de estudiante, le digo a mi hija; y que pasó, tu no ibas a quedarte en la casa de tu amiga?...me dijo: ay mami cáyate, vete a acostar y mañana te cuento. Sali de mi trabjo a las 12:PM, con la excusa de que tenia una 'cita mèdica, pero era para que me hija me dijera, las razones de su 'regreso a casa inesperadamente'