Por Ramón Pastrano
En nuestra infancia no existían los Wii, el Nintendo ni el Telecable, teníamos que ingeniárnosla para inventar juegos y pasar el rato. Para ese entonces abundaban los ejemplares de álbumes coleccionables como "Naturaleza Viva", el de "Topo Gigio" entre otros, y claro está existían las postalistas.
Estas postalitas además de ser usadas para completar el álbum también para ser canjeadas, jugar y apostar con las postalitas. Siempre estábamos en busca de la postalita "viga" o sea las que salían poco y la que faltaba para completar el álbum. De ahí que cuando entre amigos hacíamos la acción de intercambiar postalitas y habían muchas de una decíamos “… esa la tengo o es repetida o es una postalita burra”.
Pues bien, en nuestra televisión está pasando exactamente lo mismo, tenemos muchas figuras repetidas, estamos esperando nuevas figuras “Las Vigas”. Algunos han tenido esa oportunidad pero no han sabido valorarla y en poco tiempo se suman a las figuras repetidas o burras.
En nuestra infancia no existían los Wii, el Nintendo ni el Telecable, teníamos que ingeniárnosla para inventar juegos y pasar el rato. Para ese entonces abundaban los ejemplares de álbumes coleccionables como "Naturaleza Viva", el de "Topo Gigio" entre otros, y claro está existían las postalistas.
Estas postalitas además de ser usadas para completar el álbum también para ser canjeadas, jugar y apostar con las postalitas. Siempre estábamos en busca de la postalita "viga" o sea las que salían poco y la que faltaba para completar el álbum. De ahí que cuando entre amigos hacíamos la acción de intercambiar postalitas y habían muchas de una decíamos “… esa la tengo o es repetida o es una postalita burra”.
Pues bien, en nuestra televisión está pasando exactamente lo mismo, tenemos muchas figuras repetidas, estamos esperando nuevas figuras “Las Vigas”. Algunos han tenido esa oportunidad pero no han sabido valorarla y en poco tiempo se suman a las figuras repetidas o burras.
Otro caso interesante lo constituye como se mueven las mismas figuras en los mismos programas, prácticamente nuestra televisión se ha divido en clases o en grupitos. Por eso ven los mismos en los mismos, como si los demás no estuviesen a su altura o clase social.
Quiérase o no la televisión dominicana está dividida. Es cierto que les asiste el derecho a elegir o seleccionar donde acuden a una entrevista o presentación pero deja mucho que desear que muchos o muchas de esas figuras hayan adoptado ese tipo de tamiz social en los programas a presentarse.
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