Nicole, la decimosexta depresión de la actual temporada de huracanes en el Atlántico, sufrió un repentino cambio en su trayectoria en las primeras horas del miércoles y se desvió hacia el este, degradándose a mitad de la tarde en un sistema de bajas presiones.
Aún así, arrastró mal tiempo durante casi todo el día y obligó a los surfloridanos a salir más temprano de sus hogares y echar mano de paraguas e impermeables.Uno de ellos fue Amílcar Recino, un panadero de Hialeah.
"Tomé el autobús temprano para ir a trabajar'', comentó Recino, de 46 años. "Y ahora, aunque me he mojado un poco esperando, no he tenido mayores problemas''.
En el área metropolitana de Miami-Dade y Broward los aguaceros causaron embotellamientos y una media docena de choques en tramos dispersos de la I-95 y el Palmetto. Mientras, en zonas de Miami, Hallandale Beach, Júpiter y Kendall se registraron unas 3 pulgadas de lluvia.
El Centro Nacional de Huracanes (CNH) pronosticó acumulaciones de hasta 8 pulgadas en el extremo sur del estado, los Cayos y el noroeste de Bahamas. En el Condado de Miami-Dade las autoridades del gobierno municipal instaron desde muy temprano a los residentes a que tomen medidas de precaución, como mantenerse alejados de cables y postes de electricidad.
Ed Hernández, director del Centro de Servicios del Distrito de Acueductos del Sur de la Florida, dijo que no se reportaron emergencias de consideración, debido a que el nivel de las aguas de los canales había sido controlado anticipadamente, según explicó. Desde el inicio de la temporada de huracanes, que arrancó el 1ro. de junio, el sur de la Florida ha registrado aproximadamente 25 pulgadas de lluvia, es decir, 3.55 pulgadas más sobre el índice normal.
"El sistema ha trabajado muy bien y no hemos recibido reportes de inundación'', sostuvo Hernández a El Nuevo Herald. "Pero estamos preparados para usar otras medidas si es que recibíamos más agua de lo que esperábamos''.
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