Los intentos de suicidio entre las adolescentes hispanas en la ciudad de Nueva York son más comunes que entre las blancas o afroestadounidenses, señalaron concejales y expertos el lunes durante una audiencia municipal.El debate se centró en un sondeo emitido el año pasado por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) que indicó que, de las 9.469 estudiantes de bachillerato encuestadas, un 15% eran hispanas adolescentes que intentaron suicidarse en el 2010. Las adolescentes blancas que intentaron quitarse la vida representaron 6,2% y las afroestadounidenses un 10,2%.
La concejal dominicana Julissa Ferreras organizó la reunión en el Concejo Municipal porque se sintió alarmada por las cifras, explicó.
"El reporte fue de gran impacto para mí. Nuestra ciudad tiene temas muy importantes que discutir y este es uno de ellos", dijo Ferreras a The Associated Press.
Aproximadamente 150.000 adolescentes neoyorquinos intentan suicidarse cada año y unos 70 logran su objetivo, según la oficina estatal de salud mental. Se calcula que hay unos 200.000 adolescentes en la ciudad, entre 9 y 17 años, que sufren problemas de salud mental o de abuso de alguna sustancia.
Según un informe del 2008 emitido por la organización New York Vital Signs, la tristeza permanente —una señal de depresión— es más común entre adolescentes hispanas que entre adolescentes de otros grupos étnicos.
Ferreras dijo que las jóvenes hispanas sienten más presión que otras en su vida diaria porque lidian con un mayor control familiar en una sociedad estadounidense más progresista que en la que crecieron sus padres.
"Hay un conflicto cultural. Esto ocurre cuando una niña intenta americanizarse", dijo Ferreras, que es la primera mujer hispana elegida por los votantes en el condado de Queens.
Las adolescentes hispanas tienen menos permiso para salir, o en ocasiones tienen que cuidar de hermanos pequeños porque ambos padres trabajan.
"Son presiones que a veces no tienen los adolescentes anglosajones o afroamericanos", dijo Ferreras.
La concejal dominicana Julissa Ferreras organizó la reunión en el Concejo Municipal porque se sintió alarmada por las cifras, explicó.
"El reporte fue de gran impacto para mí. Nuestra ciudad tiene temas muy importantes que discutir y este es uno de ellos", dijo Ferreras a The Associated Press.
Aproximadamente 150.000 adolescentes neoyorquinos intentan suicidarse cada año y unos 70 logran su objetivo, según la oficina estatal de salud mental. Se calcula que hay unos 200.000 adolescentes en la ciudad, entre 9 y 17 años, que sufren problemas de salud mental o de abuso de alguna sustancia.
Según un informe del 2008 emitido por la organización New York Vital Signs, la tristeza permanente —una señal de depresión— es más común entre adolescentes hispanas que entre adolescentes de otros grupos étnicos.
Ferreras dijo que las jóvenes hispanas sienten más presión que otras en su vida diaria porque lidian con un mayor control familiar en una sociedad estadounidense más progresista que en la que crecieron sus padres.
"Hay un conflicto cultural. Esto ocurre cuando una niña intenta americanizarse", dijo Ferreras, que es la primera mujer hispana elegida por los votantes en el condado de Queens.
Las adolescentes hispanas tienen menos permiso para salir, o en ocasiones tienen que cuidar de hermanos pequeños porque ambos padres trabajan.
"Son presiones que a veces no tienen los adolescentes anglosajones o afroamericanos", dijo Ferreras.
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