Las autoridades de Pakistán instaron el martes a la calma en momentos en la cifra de muertos por un atentado suicida contra una procesión chiíta en la ciudad más grande del país aumentó a 40.
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El atentado del lunes contra una procesión chiíta que marcaba el día más sagrado de la festividad musulmana del Ashura generó disturbios y graves daños en toda la ciudad, luego que las turbas enardecidas incendiaron mercados y tiendas.
Los bomberos aún combatían los incendios el martes y las autoridades hicieron un llamado para enviar refuerzos desde la ciudad de Hyderabad, 170 kilómetros (105 millas) al norte de Karachi, la principal ciudad comercial de Pakistán.
El alcalde de Karachi, Mustafá Kamal, señaló que el mercado más importante de ventas al mayoreo fue incendiado e indicó que cientos de tiendas y talleres fueron destruidos y se calcula que los daños alcanzan varios millones de dólares.
Por su parte, el ministro del interior Rehman Malik, quien visitó el martes la ciudad de Karachi, indicó que las autoridades aún estaban tratando de determinar si el atentado fue efectuado por un atacante suicida, tal como lo había anunciado el lunes.
"La investigación aún continúa para determinar si se trató de un ataque suicida o si se utilizó un artefacto explosivo improvisado", señaló Malik, quien hizo un llamado a la calma a la ciudadanía y ordenó una investigación para descubrir quienes habían estado detrás de los disturbios.
"Si alguien está tratando de mutilar a Karachi, también está intentando dañar a Pakistán", indicó el ministro.
Por su parte, el ministro de Salud de la provincia de Cachemira, Sagheer Ahmed dijo que la cifra de muertos había aumentado el martes a 40 después de que varias personas gravemente heridas fallecieron cuando estaban hospitalizadas.
Karachi se había visto en gran medida liberada de la violencia relacionada con el Talibán pero que ha afectado a gran parte del resto del país, un hecho que según algunos analistas consideran está impulsada por la tendencia del grupo a utilizar esta enorme ciudad como sitio de descanso y para recaudar dinero.
Sin embargo, la ciudad también ha sido escenario de violencia frecuente tanto en lo sectario, como en lo étnico y político.
Se desconoce todavía quien estuvo detrás del atentado del lunes. Las autoridades paquistaníes indicaron que grupos sectarios se habían aliado con el Talibán y con extremistas del grupo terrorista al-Qaida para participar en una guerra contra el gobierno paquistaní con la meta de desestabilizarlo.
Más de 500 personas han muerto en atentados desde mediados de octubre, cuando el ejército de Pakistán lanzó una ofensiva a gran escala contra enclaves del Talibán en la región tribal del noroeste de país, fronteriza con Afganistán.
El periodista de The Associated Press Asif Shahzad, contribuyó con este despacho desde Islamabad.
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