El cartel de "se busca", aunque forma parte de la escenografía del Lejano Oeste, va a cumplir este domingo sesenta años en su encarnación como una de las herramientas más efectivas del FBI a la hora de capturar criminales empeñados en dar esquinazo a la Justicia de Estados Unidos.
Con su formato de "diez principales", recompensas y un cada vez mayor uso de Internet y redes sociales, la lista de los "most wanted" es una especie de icono de Estados Unidos.
Su origen es fruto de un afán periodístico. James F. Donovan, redactor de la agencia de noticias INS, solicitó en 1949 información sobre "los diez tipos más duros" que el FBI tenía más interés en detener. La historia resultante, profusamente ilustrada, incluyó cuatro fugados de prisión, tres estafadores, dos sospechosos de asesinato y un ladrón de bancos. Y al ser publicada por toda clase de periódicos de Estados Unidos, algunos de esos delincuentes fueron rápidamente localizados.
A la vista del éxito alcanzado, el 14 de marzo de 1950 el FBI inauguró formalmente el programa “ten most wanted". La primera incorporación fue Thomas James Holden, un triple asesino de Chicago y ladrón profesional que fue capturado en quince meses. En retrospectiva, de los 493 criminales que han pasado por la lista, 463 han sido finalmente encontrados. Unos 150 con ayuda de informaciones facilitadas por el público.
La efectividad del sistema "top ten", con una recompensa mínima de 100.000 dólares, no se ha limitado tampoco a Estados Unidos, ya que más de cuarenta de estos destacados criminales han sido capturados en escenarios tan variopintos como las Bahamas, Canadá, Colombia, Francia, Gran Bretaña, Guatemala, Jamaica, Japón, Libia, México, Pakistán, la isla de San Martín, Tailandia, Venezuela y hasta Vietnam.
El FBI insiste en que una tasa éxito del 94% demuestra la eficacia de este sistema auspiciado por el mismísimo J. Edgar Hoover, su director más decisivo y maestro del auto-bombo. Pero la decisión de incorporar nuevos nombres a este "top ten" no es sencilla: se tienen en consideración múltiples factores, desde la gravedad del crimen en cuestión a las posibles conexiones internacionales del fugitivo. Además de calibrarse si la publicidad a través de pósters, Internet y medios de comunicación puede resultar útil o no.
La primera mujer
El tipo de delincuente que se hace con un sitio en la lista de más buscados también ilustra la evolución de las amenazas criminales contra Estados Unidos. En los años cincuenta, entraban atracadores de bancos e incluso ladrones de coches. Durante la tumultuosa década de los sesenta, la lista hizo sitio para radicales violentos. En los setenta, los más populares fueron figuras del crimen organizado. En los ochenta y noventa, narcotraficantes, asesinos en serie, pederastas y toda clase de delincuentes financieros.
La primera incorporación femenina fue Ruth Eisemann-Schier. La sospechosa se hizo con un lugar en 1968 por secuestro y extorsión, lográndose su detención en cuestión de 79 días. Otras siete mujeres la han seguido. La relación actual contiene cuatro fugitivos hispanos, el estafador ucraniano Semion Mogilevich, el escurridizo mafioso James Bulger y, por supuesto, a Osama Bin Laden. Por el líder de Al Qaida se ofrece una recompensa de 25 millones de dólares, más otros 2 millones adicionales donados por la industria del transporte aéreo y los pilotos de Estados Unidos...
Fuente/ABC /
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