El presidente de EE.UU., Barack Obama, se dio hoy un respiro tras unas duras semanas de viajes por Asia y reflexiones postelectorales, para indultar a dos pavos en una animada ceremonia en la Casa Blanca, previa al Día de Acción de Gracias.
La pareja de aves, "Manzana" y "Sidra", se escaparon del matadero un día antes de que millones de estadounidenses celebren una de las fiestas más familiares del año con una cena que tiene como protagonista a la suculenta gallinácea.
"Sienta bien evitar al menos una paliza este noviembre", dijo con humor el presidente repitiendo la palabra con la que describió la derrota demócrata en las recientes elecciones legislativas el día después de los resultados.
Junto a sus hijas, Sasha y Malia, Obama explicó a la audiencia sin poder reprimir un par de carcajadas cómo los dos pavos fueron seleccionados ante un especializado jurado y con música ecléctica entre otros 25 finalistas.
"Es la versión de pavos de 'Dancing with the stars'", dijo a modo de chiste en alusión a un popular programa de baile de la televisión estadounidense que ayer celebró su final y que tuvo como concursante a Bristol Palin, hija de la ex gobernadora de Alaska y posible aspirante a la Casa Blanca Sarah Palin.
Gracias al indulto, los victoriosos animales, de 21 semanas y 20 kilogramos cada uno, tendrán el honor de descansar en las arboledas de la lujosa finca del primer presidente de EE.UU., George Washington, donde los estadounidenses podrán visitarlos hasta el 6 de enero.
Esta será la primera vez en cinco años que los pavos indultados no puedan viajar a la soleada California, el destino de los anteriores agraciados que son recibidos por niños y familias en una majestuosa cabalgata en el parque de atracciones Disneyland.
Pero menos suerte tendrán otros dos pavos finalistas que, con el visto bueno presidencial y de la Federación Nacional del Pavo, serán el plato principal en la "Mesa de Martha", una organización caritativa que ayuda a familias necesitadas.
La ceremonia del indulto se ha convertido en un ritual más de estas fiestas comparables a las Navidades y que desplazan a millones de estadounidenses por todo el país para reunirse con sus familias, comprar en grandes rebajas y cocinar al reverenciado pavo.
El primer perdón fue concedido por el presidente John F. Kennedy (1961-1963), pero no fue hasta el mandato de George H.W. Bush (1989-1993) que la Casa Blanca oficializó esta ceremonia.
Obama tampoco olvidó recordar el significado de "unión", "compasión" y "generosidad" asociado al Día de Acción de Gracias, que conmemora la primera buena cosecha de los primeros colonos que llegaron al nuevo mundo huyendo de la persecución religiosa.
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