La congresista Gabrielle Giffords sigue en estado crítico pero estable en el hospital universitario de Tucson (Arizona) donde están ingresados otros siete pacientes, cinco de ellos graves, a raíz del tiroteo en un acto político el sábado.
El atentado, en el que murieron seis personas, hizo que Washington amaneciera hoy con las banderas a media asta y que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, encabezara un minuto de silencio en todo el país en honor a las víctimas.
Los fallecidos son una niña de nueve años, un juez federal, un asistente de Giffords y tres personas de más 70 años.
Más de 300 empleados de la residencia oficial estadounidense, desde altos asesores del presidente a cocineros de la Casa Blanca, se sumaron hoy al minuto de silencio, que se observó también en el Capitolio y otras partes del país.
La tragedia ha hecho que el Congreso aplace todas las votaciones previstas para esta semana, incluido un polémico voto para anular la reforma sanitaria aprobada por Obama.
El presidente, quien recibió hoy en la Casa Blanca a su homólogo francés, Nicolás Sarkozy, dijo que el país todavía está "conmocionado y dolorido".
Obama se refirió al tiroteo como un "crimen atroz", pero dijo que "es importante" destacar también el coraje que salió a flote durante el incidente.
Insistió, en ese sentido, en que las reacciones inmediatas al tiroteo, entre ellas la de una mujer que trató de impedir que el atacante pudiera recargar su arma, mostraron "lo mejor" de Estados Unidos.
Por otro lado, los doctores que atienden a la congresista demócrata y al resto de pacientes ingresados en el hospital universitario de Tucson, dijeron estar "impresionados" con las muestras de solidaridad tanto en la ciudad, como a nivel nacional e internacional.
Además, el equipo de cirujanos se mostró hoy "optimista" ante la evolución de Giffords, la única de los ocho pacientes que permanece en estado "crítico".
Sólo dos de las víctimas están en buen estado y una ha sido ya dada de alta, según informó en una rueda de prensa televisada desde Tucson el doctor Peter Rhee, responsable de la unidad de Emergencia del University Medical Center.
Los doctores destacaron como especialmente positivo el que la inflamación del cerebro de Giffords no haya ido a más y el que tanto ayer como hoy respondiera a órdenes sencillas, al mover algunos dedos de la mano.
Rhee señaló que el equipo de médicos que la trata estalló de júbilo cuando Giffords movió los dedos de la mano y añadió que la congresista hizo, incluso, un gesto de aprobación con el pulgar.
"Ese es un movimiento intencional. Es estupendo", afirmó el jefe de la unidad de emergencia del centro hospitalario.
Pese a su optimismo, los doctores reconocen que es imposible pronosticar cuáles serán las secuelas de la bala qué le atravesó el cerebro y son incapaces de vaticinar si será capaz de volver a hablar. El proyectil atravesó el lado izquierdo de su cerebro desde la parte posterior de la cabeza.
El neurocirujano Michael LeMole dijo que el cerebro de Giffords está inflamado pero "relajado", porque se le extrajo parte del cráneo, que se le reimplantará cuando desaparezca la inflamación, una técnica que se usa en el Ejército con los heridos de guerra.
LeMole dijo que a partir de mañana, los médicos se sentirán más aliviados si la inflamación no aumenta.
La Casa Blanca informó en un comunicado que Obama, quien ya habló el sábado con el esposo de Giffords, el astronauta Mark Kelly, se puso en contacto la pasada noche con los familiares de dos de las víctimas mortales, Christina-Taylor Green, de nueve años, y Gabe Zimmerman, asistente de Giffords.
El acusado del incidente, Jared Lee Loughner, de 22 años, comparece hoy ante un juez para una vista preliminar, en la que se le presentarán formalmente una serie de cargos, entre ellos el de asesinato de funcionarios federales y el intento de asesinato de la congresista. ..
Fuente/AP/Via TC /
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