Apenas terminado el partido, un camarógrafo fue a filmarlo y Cristiano Ronaldo lo recibió con un escupitajo. La descarga reflejó la frustración del astro del Real Madrid ante el juego intrascendente que brindó en la Copa Mundial.
El partido con España por los octavos de final asomaba como su gran oportunidad de redimirse tras tres presentaciones grises en la primera ronda. Pero Cristiano volvió a defraudar.
Nuevamente estuvo desconectado del resto del equipo y apareció sólo cuando había algún tiro libre.
La jornada empezó mal para el temperamental jugador. El primer balón que recibió fue un saque largo del arquero, que podía generar un buen contragolpe, y Cristiano no lo pudo dominar.
Poco después el árbitro argentino Héctor Baldassi no cobró lo que parecía una falta clara contra Cristiano y el portugués no ocultó su enojo. La escena se repitió otras dos veces a lo largo del encuentro, en el que el silbato hizo seguir el juego ante algunas jugadas que parecían infracciones.
Promediando el primer tiempo Cristiano encabezó un contraataque y tropezó con la segura marca de Sergio Ramos, que se barrió y lo despojó del balón.
La aparición más importante de Cristiano fue cuando ejecutó un tiro libre desde 37 metros en el primer tiempo. Era pelota fácil de Iker Casillas, pero el balón Jabulani bajó de repente y casi se le mete. El arquero, no obstante, reaccionó y lo rechazó.
Poco antes Cristiano había ejecutado otro tiro libre desde 25 metros y su envío salió totalmente desviado. En el segundo tiempo Cristiano casi no se vio.
El técnico Carlos Queiroz reaccionó visiblemente molesto cuando se le preguntó si no se le había dado un papel demasiado importante a Cristiano en el equipo, en vista de que todavía es joven.
“Esa pregunta está fuera de lugar”, respondió Queiroz. “Es nuestro líder, nuestro capitán. Creo en él”.
El fiasco del Mundial redondeó una temporada para el olvido, en la que Cristiano no ganó nada con su nuevo club, el Real Madrid, que vio cómo el Barcelona se llevaba su segunda liga española consecutiva.
El Mundial representaba además una posibilidad para Cristiano de discutirle al argentino Lionel Messi su condición de mejor jugador del mundo. El portugués, sin embargo, no hizo nada por destronar al delantero del Barcelona.
La intrascendencia de Cristiano y del inglés Waynen Rooney fueron dos de los grandes misterios del Mundial.
Rooney también pasó sin pena ni gloria, sin aportar nada para evitar que Inglaterra fuese eliminada en octavos de final por Alemania...
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